
Twitter ante el dilema
septiembre 15, 2010«Ser o no ser, he ahí la cuestión», recitaba el principe Hamlet ante una calavera reflexionando sobre el sentido de la propia existencia. El dilema vital de seguir siendo quién uno es, y ha sido, o evolucionar hacia otras formas de comportamiento se presenta en la vida de todos los humanos… y también en sus negocios. Tal parece ser el caso de Twitter ante su cambio de diseño.
Se trata de la empresa más fascinante junto a Facebook de los últimos cinco años. Incluso se diría que más fascinante que Facebook a tenor del éxito conseguido con su más que precaria sofistificación.
Precisamente esta aparente falta de complejidad ha sido la clave de su éxito, ya que millones de usuarios han adoptado Twitter para los más variados usos comunicativos, personalizando el servicio a su gusto sin el menor problema. La clave de Twitter es que sirve muy bien para lo que sirve y nada más. Es un puente entre usuarios por el que éstos hacen circular todo tipo de información y contenidos. En cierto sentido es una Internet a escala dentro de la gran Internet.
Y que nadie se lleve a engaño, Twitter gana un dinero importante, es un negocio de éxito, y si no que se lo pregunten a Google y Bing, que le pagan 25 millones de dólares al año por indizar los twetts de sus usuarios. (Otra cosa es que estos buscadores indicen bien o mal, que lo están haciendo fatal).
Tal vez los fundadores de Twitter deseen explorar otras formas de hacer dinero; tal vez estén preocupados porque una porción importante de los tweets no surgen de la página oficial e incluso siquiera se leen en ésta. Tal vez quieran adaptarse a los nuevos formatos como el iPad y las futuras tabletas que es posible que salgan por navidad. Quién sabe…
Sea como fuere no se comprende mucho el nuevo diseño de Twitter desde la perspectiva de su usabilidad.
Da la sensación de que el servicio quiere parecerse más a Facebook, ser más gráfico y tal vez aumentar el tiempo de residencia de los usuarios en el site. Es cierto que la posibilidad de visionar fotografías y vídeos en la página es un buen avance, pero ya existían numerosos servicios que lo permitían, como Twitter Power, Seesmic, etc. Servicios adoptados por la gente, que los conoce y usa con gusto. ¿Qué sucederá con ellos? Se habla de una posible inhabilitación una vez entre en funcionamiento el nuevo diseño. No parece buena política de empresa fastidiar las herramientas que emplean tus usuarios…
En resumen, la impresión que trasmite el nuevo diseño es que Twitter quiere que miremos más los espacios ahora en blanco (en verde) y menos los tweets; que nos fijemos en el resto de la página en definitiva: como si nos interesara. ¿Qué colocarán allí? La primera respuesta que acude a la mente es «publicidad».
Si esa es la intención, seguramente estemos ante el fin de una herramienta útil, que ha pervertido el objetivo para el que fue concebida, y el dilema de Twitter se resolverá, me temo, de una manera muy shakespeariana, con traición y muerte.
Un detalle: Hamlet no miraba a la calavera cuando decía lo de «ser o no ser». La escena de la calavera de Yorick es la de «yo le conocí, Horacio»